Las mareas de la memoria

Cajón de sastre donde escribo cosas que siento y pienso.

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Lugar: Barcelona, Spain

domingo, enero 14, 2007

UN RECUERDO DE LA INFANCIA

NOTA: AUNQUE FALTA TODAVÍA SUBIR ALGUNAS IMÁGENES (TENGO QUE HACER LAS FOTOS), PREFIERO SUBIR LA ENTRADA YA, PARA QUE PODÁIS LEERLA

El título de este blog nació precisamente de una crónica que empecé a escribir hace años, en la que me preguntaba sobre mis recuerdos de infancia y juventud, y sobre la forma en que funcionan los mecanismos de la memoria y la recuperación de los recuerdos; así que la entrada que sigue, viene a cuento de todo ello.

El pasado viernes 11 visité, junto a un amigo, la Parroquia de la Inmaculada Concepción y de la Asunción de Nuestra Señora (que es el nombre completo del templo). Tenía un antiguo recuerdo de infancia y desde hacía años, desde que me instalé en Barcelona, deseaba visitarla para comprobar si aquella era la iglesia a la que mi bisabuela Bellmunta me llevaba de pequeña. Recuerdo que me tentaba poniéndome en las manos un rosario con cuentas de colores, que guardaba para mí en una caja de plata repujada con un relieve de Don Quijote y Sancho en la tapa, y con la promesa de que veríamos a la «Virgen dormida». En mi recuerdo, la Virgen era una señora muy hermosa con una serena expresión en el rostro, los ojos cerrados y tendida en el interior de una urna de cristal. También tenía un vago recuerdo de un niño Jesús, sonriente y regordete, acostado en su pesebre y de tamaño natural.

Entramos en la iglesia, escruté la nave sin que despertara en mí ningún recuerdo... avancé hacia el altar, y entonces vi la figura del niño Jesús, tal como lo recordaba, justo a la izquierda de la verja que separa la nave de la cabecera. A su izquierda todavía estaba montado el belén y junto a él, una puerta de cristal daba acceso a otras dependencias: la capilla del Santísmo, donde en ese momento el párroco oficiaba la misa, y un claustro muy hermoso, con frescos pintados en los lunetos (y restaurados, pues parecían recién pintados).
En el pasillo que da acceso a la capilla, había un puestecillo donde venden guías y estampas de santos. Lo atendía una señora mayor y pensé que tal vez llevaba allí el tiempo suficiente
–40 años, dijo– como para facilitarme la información que yo buscaba. La interrogué y me contó que la Virgen dormida estaba en una pequeña capilla situada a la izquierda de la entrada de la nave. Así que volví atrás y la encontré, aunque la capilla estaba cerrada y sólo podía verse a través de una verja. Aquella era «mi Virgen»...

Después volví al puestecillo en busca de más información. La misa había terminado y el párroco estaba a la puerta de la capilla, despidiendo a algunas feligresas. Entablé conversación con ellos; al principio el párroco, un hombre joven y entusiasta, trató de dirigirse a mí en un catalán rudimentario, pero se sintió más cómodo cuando comprobó que podía pasar al castellano. Les conté lo de mi bisabuela, y que en mi recuerdo, la Virgen estaba en otro lugar y a menor altura, pues se podía rodear; entonces él me explicó que la urna con la Virgen se coloca en el centro de la nave principal de la iglesia en la festividad del 15 de agosto; eso era lo que yo recordaba, probablemente porque visitaba a mis abuelas durante las vacaciones de verano, pues entonces vivía en Madrid; al niño Jesús debí verlo durante las vacaciones navideñas...

También me contó una curiosa anécdota

–según él, un milagro–, relacionada con otra de las figuras de la iglesia. La capilla que está a la derecha de la cabecera de la nave, guarda una imagen del Sagrado Corazón –para quienes no estén muy puestos en mitología católica, el Sagrado Corazón es un Cristo con el corazón a la vista en el centro del pecho, y según la iconografía, siempre lleva la mano izquierda sobre él.
Pues bien éste tiene los dos brazos abiertos, ligeramente flexionados y con las palmas hacia arriba. Cuentan que un operario restauraba algún desperfecto, subido en una escalera de la que tuvo la desgracia de caerse; para que no se estrellara contra el suelo, y evitar además que lo hiciera sobre una feligresa que en ese momento estaba allí rezando, el Cristo abrió los brazos y lo sostuvo... es por eso que tiene desde entonces los brazos abiertos.

La iglesia original es románica, del siglo XIII, el claustro, gótico, del XIV-XV; antes fue un monasterio de monjas que estaba en el casco antiguo (ahora está en el Eixample) y que fue trasladado piedra a piedra hasta su ubicación actual, desde la calle Jonqueres (esto ocurrió en 1869-1871). En el claustro todavía se guardan tres urnas sepulcrales con los restos de sus antiguas prioras.
El campanario, de estilo romano-gótico, fue adosado en 1879 y procedía de otra iglesia, la de San Miguel, también situada en la Barcelona medieval. El templo fue restaurado en torno a 1942. Además del Sagrado Corazón y de la Virgen dormida, la iglesia guarda otros pequeños tesoros: una imagen de la Inmaculada Concepción en el interior de un templete neogótico situado en el centro del altar, realizada por Enric Monjo (en 1942) y un Via Crucis pintado por Joan Llimona (en 1925). Tanto el órgano como el rosetón son los originales góticos.

Aunque la memoria resulta a veces tramposa, y adorna o modifica los recuerdos, en este caso he podido comprobar que un pequeño recuerdo de la infancia se correspondía, de forma notablemente fiel, con hechos reales. Siempre me ha resultado muy inquietante pensar que los recuerdos, que parecen tan coherentes, son en realidad bastante falsos, construidos a base de retazos de procedencia diversa; trocitos de realidad mezclados con cosas que nos contaron y que hemos ilustrado mentalmente, cosidos entre sí mediante hilos que nosotros mismos tejemos con ayuda de la lógica, que nos permiten rellenar las lagunas y establecer cierta continuidad y dar sentido al relato de nuestro pasado...
Este es un tema que me interesa mucho y del que espero hablar más adelante...


Un último apunte: no soy superticiosa, ni iluminada, ni siquiera creyente, pero siempre me han fascinado las coincidencias (otro tema sobre el que tengo el proyecto de escribir una entrada); pues bien, ayer, mientras leía el periódico (El País), en la sección BARCELONA MUSEO SECRETO, que siempre leo y casi siempre recorto, encontré nada menos que un artículo firmado por Ignacio Vidal-Folch y titulado La bella durmiente, que precisamente hablaba de esa iglesia y de esa imagen de la Virgen dormida!!!